Terminas de trabajar, un día agotador. Son casi las nueve de la noche y dos ojitos inquietos te esperan sentados en la cama. Dos niñas desean su dosis de historias nocturnas. Y aunque la mente está agotada, tu corazón late con fuerza porque te apasionan las historias. Hace unas cuantas noches dejaste a un lado los cuentos infantiles, para inventarte los tuyos propios. Y se los cuentas con pasión, deseando que les gusten. Son tus primeras oyentes, tus primeras lectoras, y las más exigentes.
Así nace una escritora de cuentos infantiles, que se irá transformando con el tiempo en escritora de relatos juveniles a medida que sus hijas crecen y le acompañan en el camino.
Imaginamos que algo así tuvo que vivir la protagonista de esta entrevista: MC Hito. La primera escritora de libros infantiles y juveniles de misterio y terror que pasa por Casa Drojan. Nadie mejor para abrir el preludio de lo que será el mes de Halloween. ¿Por qué quién sino los niños desbordan plenitud en estos días, donde los adultos solo ven odio y miedo?
Libros:
- Cuentos para Laura. Historia de un conejo que vivía en un baúl (2007, ganador del concurso de cuento infantil de la Fundación Drac de Mallorca)
- Un tresor dins l’armari (2011, Editorial Altaria)
- Una historia de fantasmas para Aina (Editorial Emooby)
- ¡Qué cante el gallo! (Familyclick)
- X y el círculo mágico (2013, Editorial Aljibe)
- El Desván de Villa Serena (2018, Bòbila libros)
Otras publicaciones:
- Júlia i les bestioles de l’Empordà, El fil dels pensaments i Cordill paper i cua (Revista Cavall Fort)
- Corazón valiente y obstinado; De la búsqueda, y lo que encontraron, dos princesas y un príncipe pájaro; y Move over! (Portal web Issuu)
ENTREVISTA EN AUDIO
ENTREVISTA TRANSCRITA
P.- (N.D.) ¿Qué significa para ti ser escritora?
R.- Para mí ser escritora me ha permitido poner en palabras esas ideas, esas historias, que tengo en la cabeza que me encantan y quiero compartir. Y, bueno, empecé compartiéndolas con mis hijas cuando eran pequeñitas, que fue lo que me animó.
Gané un premio de literatura infantil de la Fundación Drac de Mallorca y eso me animó a continuar. Había escrito de pequeña, había llevado una revista en el colegio, pero digamos que las matemáticas se cruzaron por mi camino y dejé la escritura. Pero con mi hija mayor, Laura, me animé. Empecé primero con las historias que ya conocía de la literatura infantil, porque de la literatura clásica soy muy fan. Y luego ya vas inventando…
En el oral está muy bien, pero quieres que eso perdure. Entonces, fue a través de la palabra. Y de escribirlo, claro.
P.- (N.D.) Bueno, vamos a decir que Conchi escribe principalmente literatura infantil y juvenil. Algo que me parece especialmente difícil, porque, como el libro El desván de Villa Serena, es de terror. Y muchos escritores que han pasado por aquí nos han dicho: he intentado escribir literatura juvenil de terror, pero me ha sido muy difícil porque al final termino poniendo demasiado y se termina transformando en terror muy adulto.
Entonces, ¿cómo has conseguido que no se te vaya un poco más allá?
R.- Bueno, esa era una de las cosas que me planteaba, porque el libro estaba pensado para mis niñas. Cuando yo me planteé la escritura, como os he dicho, empecé con cuentos pequeños muy cortitos. A medida que iban creciendo el formato tenía que cambiar, la longitud de las historias, la complejidad.
La idea surgió a partir de un reto que me hizo mi marido, porque él me decía: «es que siempre les hace historias muy ˝flower power”, y vamos a ver si te atreves con algo que realmente sea difícil, que te saque de la zona de confort con el terror». Entonces, yo pensé en aquel momento qué era lo más terrorífico para mí, y es el asesinato de un niño. Y siendo madre lo tenía clarísimo que era lo peor que podía suceder.
Pero, claro, si tú empiezas así, para que los niños entren en una cuestión tan dura… La idea era que realmente están muertos, pero no están muertos, porque se transforman en fantasmas. Tampoco incido mucho en el asesinato en sí. Quizás en esta segunda parte, que saldrá este año —espero, antes de que se acabe el año—, hay un camino un poco más adulto en tratar la historia. Pero yo creo que dentro del marco lo hace entendible para… Bueno, y que los jóvenes hoy en día, estamos diciendo que parece que no, pero ven cosas realmente fuertes y del mundo natural. Enciendes la tele y ven cada cosa, los pobres. Que tampoco es que no estén acostumbrados a la violencia que está pasando en el mundo.
Pero creo que la gente está contenta. Está de libro lectura en segundo de la ESO y eso para mí es realmente haberlo conseguido.
P.- (A.D.) ¿Cómo una profesora de matemáticas, bueno, ya no profesora, sino una persona que ama las matemáticas, los problemas, decide escribir una historia? Y no solo una, bastantes, y que encima ha habido concursos de por medio.
R.- Yo es que lo que creo que durante mucho tiempo se ha dicho: eres de ciencias o de letras. Y cuestiones de estas de separar. Creo que realmente tenemos tantas facetas como personas. Además, cambiamos con el tiempo, tenemos diferentes intereses. Hay cosas que mantenemos, otras que dejamos. A mi desde pequeñita me gustaba leer, sobre todo fantasía y ciencia ficción. Sigo con esta afición, no la he cambiado.
Y realmente se cruzaron las matemáticas por un profesor. A veces nos ha pasado a bastantes, que se cruza por ahí un profesor que te hace ver —porque a mí las matemáticas en el cole no me gustaban–. Me explicó las matemáticas de una manera tan diferente a lo que yo había visto hasta el momento. Recuerdo una clase sobre el infinito que me encantó. Hay cosas que te pasan en la vida en ciertos momentos que vas por ahí y ya está.
Me habían dicho: pues abogado, porque te gusta la oratoria, te gusta comunicar y te gusta defender causas perdidas. Pero, bueno, se cruzaron y han seguido formando parte de mi vida, y me gustan. Sufrí mucho durante la carrera, no lo voy a ocultar. Es una carrera que tienes que tenerlo muy claro para meterte, pero ahí está el resultado de la tenacidad y el seguir adelante y no desfallecer. Como en todo lo que te gusta y quieres hacer, que no sale a la primera, que tienes que seguir.
P.- (A.D.) Y antes de seguir con tu faceta de la literatura, para los que nos escuchen que estén pensando estudiar matemáticas, o en YouTube para las primeras visualizaciones que tengamos, que decida o quiera estudiar matemáticas. ¿Qué consejo le podrías dar y que te hubiera gustado recibir?
R.- Bueno, el primer consejo es que es muy diferente lo que vas a estudiar en la carrera de lo que has hecho en el instituto, para empezar. Porque siempre te venden la historia de que las matemáticas: no se estudian, se entienden. Pero necesita de un entorno, de unas normas… Es todo un mundo, en el cual te metes por primera vez cuando llegas a la carrera. Entonces, la gente se lleva… no creo que sea un disgusto, porque luego le vas cogiendo. Pero es muy duro. Es como si de golpe y porrazo tú tuvieras que saber hablar inglés sin haberlo escuchado en tu vida, al minuto diez de haberlo oído. Es que es imposible.
Para mí y para la gente que está estudiando, este año he acompañado a dos chicos muy majos en la carrera de matemáticas, es una carrera de fondo. Como les he dicho: que no te desesperes, que intentes hacerlo lo mejor que puedes. También decir: hasta aquí. Lo de perseguir un sueño, perseguir un sueño, también puede llegar un punto en que te amargue el sueño y ya ni lo disfrutes. Entonces, tampoco es el caso. Mientras te interese intenta darlo todo y mantenerte, sé resiliente.
P.- (A.D.) Pues pasamos de una carrera de fondo a otra carrera de fondo, como es la literatura.
(N.D.) ¿Cuándo empezaste realmente a decir: me gusta escribir o quiero hacer libros? Porque hemos visto que tienes bastantes cosas hechas, y sobre todo como decíamos desde el punto de vista juvenil e infantil, ya nos contarás si algo también de adulto o no.
R.- Ya te digo fue en 2007 cuando gané el premio literario. Pero digamos que Laura nació en el 2001 y a partir de ahí empecé con la narrativa oral de los cuentos infantiles que conocía: Peter Pan, Alicias en el País de las Maravillas… Pero no la reducción de Disney, sino leer capítulos del libro. Algunos también con imágenes. Teníamos un cuentito muy chiquitito que se llamaba El nene que se viste, que yo lo llamaba así. Que era un niño que se iba vistiendo, pequeñito, me encantaba. Cosas de nutrias, de animales.
Muy visuales al principio, pero luego ya empiezas con esa narrativa. Y en 2007 fue cuando lo presenté. Ni me lo creía, porque vino marido a buscarme en el colegio: que te han llamado de Mallorca. Y estaba totalmente descolocada y fue una sorpresa muy grande. Entonces, ahí fue cuando sí realmente me animé a tomármelo un poco más en serio. Que es un mundo muy complicado, vosotros también lo sabéis, que es muy difícil. Pero, bueno, yo creo que por ejemplo la parte de autopublicación y autoedición está ayudando mucho a la gente que tiene interés porque sus historias se conozcan y porque lleguen a su público, sin desmerecer nada el trabajo editorial. Yo también tengo muy buenos amigos en el sector editorial y particularmente la editorial Candaya, que es la que ha publicado antes el Desván de Villa Serena.
Pero también pienso que da una oportunidad a que la gente pueda conocer esa obra si no hay manera de que realmente puedas acceder a las editoriales. Porque es que les llegan tantísimos ejemplares, manuscritos, que es imposible. Hacerte un hueco cuesta mucho.
P.- (N.D.) ¿Has intentado mandar alguno de tus manuscritos a alguna editorial?
R.- El Desván de Villa Serena es el primero que he autopublicado, pero los que veis por aquí, como es Círculo… Mágico es de la editorial Aljibe, el de la fundación Drac. He probado diferentes formatos, también he publicado en Cavall Fort, que es la revista de literatura infantil y juvenil de Cataluña, que tiene una solera importante. Es un clásico entre la literatura infantil y juvenil de nuestro país. Y estoy muy contenta de haber publicado en Cavall Fort, también.
Pero, bueno, El Desván de Villa Serena me decidí después de que me dijeran que se lo mirarían de una editorial, que estaban muy interesados. Y pasaron dos años, no vi que aquello se moviese, las niñas me decían: «no, mamá, la tienes que publicar». Al final, me decido y lo hago.
P.- (N.D.) Y comparando la experiencia de la editorial y la autopublicación, ¿con cuál te quedas o qué te aporta cada una?
R.- Es que es muy diferente. Porque, por ejemplo, en una editorial como Candaya puedes tener un apoyo, un estar ahí, preocuparse. Es una pasada. Si tú tienes el apoyo de una editorial, de verdad, que está por ti, es un acompañamiento muy diferente y muy agradable. Entonces, tienes un reto muy grande cuando te autopublicas, porque tienes que hacerlo todo tú.
Y también tiene cosas buenísimas, porque yo El Desván de Villa Serena de verdad ha sido espectacular. El recibimiento tanto de chicos como grandes.
No puedo decir que en la autopublicación me he sentido desamparada tampoco. Porque creo que también se crean unos espacios entre los escritores que son una maravilla. Me he encontrado muy bien, muy agosto. Y aparte en la feria de la autoedición que ha sido en Sevilla, fue la primera a la que he asistido, pero muy bien. Me pareció un mundillo, una relación muy agradable, muy de compañerismo.
Creo que son mundos diferentes y cada uno tiene lo suyo, pero yo estoy contenta realmente con la autopublicación.
P.- (A.D.) Es un recurso más para las personas que quieren intentar ganarse un pequeño hueco en el mundo editorial, porque como bien has dicho: hoy entrar en el mercado editorial es bastante complicado.
De lo poquito que llevo de tu libro, quiero decirte que me ha encantado la capacidad que tienes de hacerlo de forma mágica para la edad a la que va dirigida. He vuelto a ser un niño leyendo estas primeras páginas y creo sinceramente, en mi humilde opinión, que tu libro se merece una editorial, una publicación en condiciones.
(N.D.) Yo me sumo, porque es verdad que leemos a mucha gente, a lo mejor autopublicados que quieren colaborar con nosotros. Y es cierto que no todos los autopublicados, por lo que sea, porque no han tenido la oportunidad o la formación que hablábamos, o no lo han dejado reposar, pues a veces son flojos. Pero es que en tu caso se nota que llevas un gran recorrido, que sabes lo que haces, que tienes mucha formación en ese sentido. Y es un libro que, aunque es juvenil, yo me lo volvería a leer. Es una metáfora más dura para los adultos, y otra como más mágica para los niños. No sé si es intencional, pero te ha salido muy bien.
R.- Sí que es verdad que los lectores adultos que lo han leído me han dicho lo que comentaba Axel al principio: te retrotrae a esas historias de la infancia. Mi base han sido siempre los cuentos infantiles clásicos, y tiene mucha miga. Salvando las distancias, que a mí Disney me gusta; pero ese cuento clásico que raya el terror. Los niños y niñas de esa época realizaban un aprendizaje y aparte el divertimento de historias que nos asustan, que nos ponen en vilo, que intentas descubrir qué está pasando o qué pasará. Lo típico de: no hagas no sé qué, en Barba Azul, y tú de cabeza allí: qué habrá allí. Y sabes que es algo chungo.
Yo creo que ese tipo de cuento infantil engancha tanto a jóvenes como adultos y el símbolo de la puerta es universal. Dile puerta, dile agujero, como en Alicia. La única cosa es que yo tengo dos lectores cero que para mí son super importantes: uno es David Monteagudo, que es escritor y ha publicado en Acantilado Fin, que se llevó a la gran pantalla con Maribel Verdú. Y el otro, Pera Martín Beltrán, que es más en la vertiente catalana, pero también en castellano.
David hubo un momento que me dijo sobre el libro que el señor Orejudo y la señora Delantal no debían formar parte del mundo mágico. O sea, está bien que estuviesen en Villa Serena, pero cuando cruzan debía retirarlos.
Y, en ese momento, yo creo que todo escritor pasa por el análisis de su obra y esas líneas rojas que no está dispuesto a cruzar. Y cuando David me dijo eso, apareció la línea roja en la cual yo batallé por la señora Delantal y el señor Orejudo. Dije: no me da la gana, ya está bien de que los mayores no podamos disfrutar de los mundos mágicos, ¿qué es esto?. Que solo puedo estar aquí sufriendo el mundo, y me dijo: ¿tú estás segura? Y digo: estoy segurísima. Tengo clarísimo que ellos deben estar en ese mundo, porque yo creo que un poco es como si te expulsaran del paraíso.
P.- (A.D.) Todos llevamos un niño dentro.
(N.D.) ¿Cuáles fueron tus inspiraciones? Porque supongo que tendrías que leer a autores/as de novela juvenil e infantil.
R.- Ya te digo Alicia, Peter Pan, Narnia, Tolkien… Son referentes de los mundos mágicos. Yo creo que Narnia bastante.
Lo que pasa que quería romper un poco con esa cuestión del adulto y el juego que daba el adulto dentro de la historia. Eso quizás es lo diferente. Esas historias que a mí ya me resuenan en la cabeza, con esos ecos del infantil de esa manera. Rozando el poste con el terror que hablábamos antes.
También te diría en tipo Anime. Porque no es solo la lectura lo que forma parte de mi manera de escribir. Hayao Miyazaki de los estudios Ghibli y Tim Burton, por ejemplo, Neil Gaiman…
P.- (A.D.) Y de escritores, ¿qué escritores te han ido haciendo tu poquito de mella hasta romper el molde?
R.- Es que yo creo que imitar especialmente un estilo o querer escribir como alguien… No sé, a mí me impresionaron mucho los cuentos de Cortazar cuando los leí hace ya mucho tiempo. Era un tipo de cuento que a mí me llamaba mucho y que también está en ese borde difuso.
Y, bueno, qué voy a decir, en Candaya hay grandes escritores que son una maravilla leerlos. Autores contemporáneos como Fernanda García Lao con Sulfuro, que es de lo último que se ha sacado. Giovanna Rivero, también. Y luego a nivel de ciencia ficción tenemos todos los clásicos. Una historia que me encantó fue La tierra permanece.
P.-(N.D.) ¿Y cómo te organizas para escribir?
R.- Pues durante el año es bastante complicado, porque realmente la enseñanza se ha transformado en algo que te absorbe muy, muy bestia. Siempre ha sido una dedicación, pero estos últimos años han sido bastante complicados. Pero lo que sí he hecho ha sido apuntarme con David al curso que hace durante el año. Estamos un grupito de 5 escritores para tirar adelante el proyecto de ciencia ficción en el que estoy trabajando ahora. Y me ha ido muy bien, porque realmente como a la siguiente semana teníamos que tener algo programado, buscaba sobre todo los sábados dedicarlo a mí.
Por es que si no le pones topes al trabajo, es que trabajarías todos los días del año. Todo lo que se había conseguido sobre derechos laborales, con las nuevas tecnologías, que me encantan y que siempre he sido muy fan, veo que eso ha sido un retroceso grande. Porque parece que tengas que estar disponible las 24/7.
Mis alumnos ya lo saben, el sábado no contesto a nada, no me miro nada. También la gente tiene que conocer tus límites, pero si no se los explicas.
Los sábados intento durante el año, y ahora en verano también he avanzado bastante en la historia. Y he estado en un pueblecito muy chulo que se llama Cascante del Río, en Teruel. Es un sitio mágico para mí para poder escribir.
P.- (N.D.) Supongo que te gustará dar clase de matemáticas a tus niños, pero ¿te gustaría también decir: me dedico 100% a escribir?
R.- Pues no te lo voy a negar, sí que sería chulo. Mira, para acabar El Desván de Villa Serena me pedí una media jornada en el trabajo, porque lo veía imposible poder acabar el libro haciendo una jornada completa. Ese año me pedí una media jornada. Estuve tres años escribiendo el libro y el último lo hice.
Pero sí que es verdad que me gusta mucho mi trabajo. Ha sido muy vocacional, yo tenía claro que quería ser profe desde siempre. Primero quería ser profe de ciencias naturales, muchos niños y niñas han querido ser profe de ciencias naturales. Pero por las circunstancias de la vida me pasé a profe de mates. Y en la carrera hice pedagogía de las matemáticas y la verdad es que he estado siempre muy interesada.
Otra cosa es cómo lo vea hoy en día, que cierto tratamiento de la matemática no me interesa cómo se está haciendo. No me interesa que sea solo aplicado, porque se aplica a todas las ciencias. O sea, matemáticas aplicadas las tienes en biología, en química, en física, en todos los mundos que te puedas imaginar de ciencias está la matemática aplicada. Pero la matemática abstracta que tú necesitas para buscar estructuras, para relacionar de una manera abstracta, solo lo hacen las matemáticas. Y están cortándolo todo. Yo me siento un poco a disgusto con eso. Que ya sé que es complicado, y a lo mejor a los chavales es lo que menos les motiva. Pero es importante que el razonamiento seas capaz de desarrollarlo, al nivel que tú llegues, pero que puedas desarrollarlo.
Y, claro, si te dan un caramelo de estos de decir: venga, el año que viene solo escribes. Pues, hombre, lo tomaba fijo.
P.- (N.D.) Si no he entendido mal, estás haciendo algo sobre ciencia ficción de adulto, además. ¿Es la primera vez que escribes algo para adultos?
R.- La historia de escribir para adultos arranca yo creo que de antes que escribir para infantil y juvenil. La historia con la que estoy ahora tiene más de 20 años. Es de ciencia ficción y han ido sucediendo cosas que David, que me acompaña también en esta historia, me dice: Conchi date prisa, porque ya va a pasar algo que esto ya será obsoleto. Y me hace mucha gracia.
Él quiere que lo acabe ya. Estoy por la mitad de la novela y estoy muy contenta, la verdad. Es una amalgama de la ciencia ficción que yo he leído, pero muy relacionada con las decisiones que tienes que tomar como persona. Son dos protagonistas que son hermanas gemelas, Emma y Nora. Y hay tres espacios donde transcurre la historia: una es una ciudad cúpula, el otro es Marte y el otro es el norte de la tierra en una zona de Rusia. Mientras lo estaba escribiendo, digo: como lo acabe ahora y lo quiera publicar…, Rusia no está de moda (risas). Es una vista futurista y está muy destruido todo.
También hay un feedback al pasado. A mí un tema que me alucina desde siempre es la hibridación, siempre me ha fascinado. Con una amiga escritora comentaba que el arte siempre ha sido híbrido y es lo que ha dado grandes obras. Como humanos nos cuesta hibridarnos, nos cuesta que alguien sea diferente y lo incorporemos a nuestro mundo de una manera fácil. Ya no digo entre especies. Solo queda el homo sapiens en la tierra y no fue el único que había.
Cuando tiré para adelante la publicación de El Desván de Villa Serena pensé si hacer dos libros realmente. El primer libro, que sería de día y de noche, y el segundo libro que es a través de la puerta. Pero pensé que no, que realmente quería que formasen parte de un solo libro. Y por qué no se puede cambiar el registro dentro del propio libro, siempre y cuando cumpla ese building que tú has hecho, no te lo machaques. Que sea consistente tu historia. A mí me pareció una buena idea mezclar.
Claro, Alicia, por ejemplo, tú solo la ves a través del agujero. O Narnia solo ves lo que pasa después de. Y se me queda corto, porque realmente a mí me gustaría saber lo que hay al otro lado de la puerta: las vidas de los personajes de Narnia desde el otro lado.
P.- (A.D.) Yo creo que ha sido una buena idea, lo pensaste bien. Claro, no estamos hablando como El señor de los anillos de Tolkien, que el hombre quería solo uno cuando era increíblemente grande.
R.- Sí, porque tienes tantas cosas en la cabeza… Yo creo que cuando te construyes ese mundo que ya forma parte de ti. Después de tres años, los personajes del desván, es que me dio mucha pena acabar la historia.
Para cualquier escritor, acabar una historia cuando los personajes han formado parte de ellos… Porque fueron 3 años de escribir, pero antes la idea. Y me dio realmente mucha pena decir: hasta aquí, se acabó, esto es lo que tiene que ser.
En cierta manera me alegré de que los lectores me pidiesen que no se podía acabar así, que se habían quedado cosas sueltas, que no lo veían claro… Y fue en la pandemia cuando me animé por primera vez directo de Instagram. Una amiga empezó a escucharme, a estar ahí en los directos. Yo leía cada día un capítulo, que tiene 37 capítulos, y siempre cerraba con lo mismo: ojalá mañana nos dejen salir. Efectivamente leí el libro entero, nada de salir (risas). Y ella, es una chica muy tímida, al final de los 37 capítulos entró en el directo, me pidió para entrar. Yo no me lo creía, porque pensaba ¿en serio me lo estás contando? Y me estuvo explicando que había sido tan importante para ella esos minutos, que la habían animado muchísimo —se me pone la piel de gallina pensando en ella—.
Después de esa lectura en voz alta y de hablar con ella cuando apareció la historia, la continuación de El Desván de Villa Serena, que yo creo que sí cierra todas aquellas cosas que la gente me había preguntado sobre el libro, que en ese momento no había contestado. Y que ahora La puerta de los dos mundos sí que se cierra.
Los lectores te hacen también evolucionar y replantearte cosas.
P.- (N.D.) Es la primera vez que vamos a ver la imagen cortando y abriendo el paquete maravilloso del final de la entrevista. Lucía Belvis es la siguiente.
R.- Oh, La nana de los niños del pelo rapado.
P.- (N.D.) Es una compañera que conocimos en Sevilla. Solo tiene 17 años.
(A.D.) Y ese libro lo escribió con 15. A mí Lucía, ya se lo dije, me da ternura, por la capacidad que tuvo con quince años de escribir ese libro. Que, por supuesto, hay cosas que mejorar, pero tiene cosas que mejorar hasta Stephen King cuando termina un libro.
R.- No, la verdad que con quince años meterse ahí da mucha proyección. Cuando tú tienes esa pulsión de escritura desde tan jovencito pues es irlo trabajando y aprendiendo, porque es un recorrido evidentemente.
Muy guay, muchísimas gracias.
P.- (N.D.) Acabamos, preguntándote: ¿qué libro quieres que regalemos al siguiente autor/a?
R.- Pues El Desván de Villa Serena e irá acompañado por ese maravilloso punto de libro que has enseñado. No sé si será Terror.
La verdad es que ha sido muy divertido hacer esos puntos de libro y ver que han tenido éxito entre los lectores.
P.- (N.D. y A.D.) Muchas gracias, ha sido un placer.
R.- Gracias a vosotros.