Estaría faltando a la verdad si no dijera que Jostein Gaarder se ha convertido en uno de mis autores favoritos. Solo he leído dos de sus libros y ya me parece imprescindible en mi biblioteca. Hoy os quiero hablar de su libro: El Vendedor de Cuentos.
Entre las preguntas obligatorias de nuestras entrevistas se encuentra la siguiente: ¿Qué significa para ti ser escritor/a? Pues bien, la escritura tiene muchos puntos de vista: hay quién lo ve como una profesión de verdad, otros como un hobby, algunos como una forma de expresar lo que sienten, unos pocos para darse a conocer… Cada cual debe reflexionar lo que significa en realidad la escritura en su vida. Sorprendentemente, El Vendedor de Cuentos nos muestra algunos de sus posibles significados.
Su protagonista, apodado El Araña, no puede dejar de imaginar. Imaginar para sí. Imaginar para otros. Parece un don fascinante, pero detrás de un tejedor de historias que permite crear un sin fin de novelas hay un dolor puntiagudo en la cabeza. Una cabeza que no deja de pensar; de entrelazar imágenes para crear historias que no puedes controlar. Detrás de cada nueva historia hay algo de sueño y algo de realidad.
El Vendedor de Cuentos, es una novela en la que tampoco puede faltar la filosofía, y, por tanto, la reflexión. Son miles de historias en una. Es una partida de ajedrez cuyo ganador es el perdedor.
Para ser escritor/a debes tener una gran imaginación, ¿o no? El autor, en su libro, crea un mundo en el que los autores van perdiendo poco a poco su capacidad imaginativa. Y hay un gran problema: cuánto menos utilices tu imaginación menos querrás utilizarla, menos imaginación tendrás…, acabarás andando por el desierto de la creatividad.
Es un libro que me ha fascinado. Aunque, claro, puede que no sea demasiado objetiva, teniendo en cuenta que Jostein Gaarder me encanta y me parece un escritor demasiado poco leído. Sí, es cierto, que El Mundo de Sofía es muy conocido, pero jamás había oído hablar de otro título de este escritor [Puedes pasarte a leer el artículo las historias de Jostein Gaarder que publicamos hace un tiempo]. De hecho, en la biblioteca donde he cogido este libro, a la última persona que se lo prestaron fue en 2013.
Por eso, querido lector, te animo a leer El Vendedor de Cuentos, y aprender a cuidar nuestra imaginación. Pero cuidado, recuerda que los extremos no siempre son buenos, un exceso puede llevarnos a creer que lo que soñamos es real.