Esta reseña empieza con Carlos Ruiz Zafón. Ya sabes, lector, que tenemos un club de lectura. En estos momentos estamos leyendo paralelamente a otros libros la tetralogía completa de «El cementerio de los libros olvidados». El segundo título, «El juego del ángel», es uno de los más misteriosos de la saga, con escenas propias de una novela de terror psicológica. Así que, en el directo que hicimos hablando de esta historia, una de nuestras lectoras nos sugirió la idea de leer «La mitad oscura» de Stephen King, porque tiene relación, en parte, con la trama que estábamos debatiendo. De modo que unas semanas más tarde nos hicimos con el libro y no pude aguantarme a devorarlo. Me leí sus 560 páginas en dos días. Pensaba en leer mientras comía, mientras dormía. Era un no parar. Una historia que te atrapa desde el primer momento. Ahí supe que escribiría esta reseña.
No te puedo decir que sea el libro más original y peculiar de Stephen King, sin embargo, está en el ranking de los más terroríficos y adictivos del autor, eso seguro. Me gustó volver a leer al King cañero. Hacía tiempo que no me sumergía en una de sus historias de terror (aunque se le conozca por ser el rey del terror, no todas sus novelas pertenecen a este género). El protagonista de la novela, Thad Beaumont, es escritor, algo habitual en las novelas de King. Aquí explora la dualidad de la mente de un novelista, más aún si narra historias de crímenes. Esa otra mitad aterradora que no sabías que tenías, que nace de ti pero que no identificas contigo. Y, bueno, el autor trata el tema de los escritores porque es lo que conoce más de cerca, pero podría decirse lo mismo de otros artistas e incluso de otras facetas de la vida de una persona.
George Stark despierta en mí repugnancia y a la vez empatía, porque todos tenemos ese lado oscuro. ¿Quién no se ha sentado delante de la tele a cometer palomitas tan tranquilamente mientras ve una serie sobre crímenes reales? Pues eso. Ya nos vamos entendiendo, ¿verdad? Los aficionados al género del terror tenemos esa mitad más despierta. No nos importa confesar nuestra pasión por temas siniestros, así que nos sentimos identificados con Thad. En nuestra vida real nunca haríamos daño a nadie, pero ¡ay, si habláramos de nuestra cabeza!
No es de las novelas más conocidas del autor, sin embargo, es una historia que recomendaría a todos los lectores. Su atmósfera oscura y los guiños que realiza a este increíble género literario y cinematográfico te dejará pegado a las páginas. Además, se te quitará de un plumazo cualquier bloqueo lector.
Recuérdalo: todos llevamos dentro una mitad oscura.