El engaño de Capgras: La ilusión de los dobles

Podcast: leyenda narrada

IMPORTANTE: No todos los datos que se narran en este Podcast son reales. Es una leyenda ficcionada. 

Cuenta una leyenda...

El día era gris, caían gotas de agua fina que recorrían el cristal hasta desembocar en un asfalto frío. Ella estaba pegada a la ventana esperando que saliera por la puerta principal, sentía que iba a desfallecer en cualquier momento. Pero tenía que ir. Sí, no podía dejarlo ni un día más. Estaba encerrada en una mentira y tenía que salir como fuese.

Saludó a la calle aciaga con un paraguas y caminó apresurada. El viento fresco le ayudaba a calmarse un poco, aunque la mano derecha seguía temblándole a causa del sofoco. Cuando aquel hombre salió de su casa, ella pudo cerrar la puerta con llave y prepararse para salir corriendo.

Desde el día anterior vivía una pesadilla. Aquel hombre alto que se ponía la ropa de su marido le miraba extraño y le daba mucho miedo. Tenía los ojos vacíos, sin expresión, como una persona ausente. No quería seguir viviendo con él.

Hacía apenas un par de meses había cumplido 24 años y era feliz con su nueva vida. Estaba alegremente casada y tenía planes de formar una familia. Pero todo se había vuelto gris de repente. Un día todo cambió. Todo era igual, pero diferente. Era como mirar por un filtro caleidoscópico o una ventana traslúcida. Se parecía a lo que conocía, sí, pero…

—¿Quién eres? ¿Por qué estás en mi apartamento?

Le dijo al señor que estaba sentado en su sofá mientras sujetaba el mando de la tele y hacia zapping sin parar. El hombre no le miró a la cara, solo levantó las cejas y sonrió levemente, como un actor que debe hacerlo obligado ante las cámaras.

Ella se puso tensa y comenzó a arrancarse los padrastros de los dedos hasta el punto de sangrar. Le amenazó con llamar a la policía si no le daba una explicación. Se la dio, pero no le convenció. No iba a engañarla tan fácilmente.

Ahora, caminaba deprisa por las calles de Nueva York. Miraba de reojo el reflejo de su cuerpo en los escaparates: escuálido y encorvado del frío. Una copia de sí misma, una impostora. ¿Era el reflejo un clon, tal vez? Es una imagen viva de ti, pero no es la copia original, no.

Se paró en un edificio alto que formaba parte del skyline de la famosa ciudad americana: gris e imponente. Respiró profundo y subió de dos en dos los peldaños de las escaleras hasta la puerta principal. Cuando llegó hasta la puerta de la doctora Berman estaba exhausta y respirada entrecortada con una mano apoyada en el pecho.

La espera se hizo corta, porque su psiquiatra la atendió enseguida. Aún estaba sudorosa y notaba las palpitaciones del corazón en el oído.

—Bien, ¿qué te trae hoy por aquí, Janet?

Ella encogió su delgado cuerpo y le relató la historia con los ojos muy abiertos.

Había vuelto a casa después de su turno en Walmart. Estaba agotada porque era periodo de rebajas. Se acercaba la Navidad y cada vez había más trabajo en los grandes almacenes. Su marido ya estaría acostado en su cama, porque era tarde.

Se dio una ducha y se puso el pijama. Pero cuando se iba a meter en la cama, pegó un brinco. El hombre que estaba acostado en su colchón no era su marido. Estaba claro que la complexión física era parecida y llevaba el mismo pijama, pero su rostro no era idéntico. «¿Dónde está mi marido?», gritó al aire en una estancia dormida.

El hombre intentó abrir los ojos, pero le fue imposible. Ella pensó en llamar a la policía, aunque se arrepintió enseguida. Y esperó para hablar con él a la mañana siguiente. Se acurrucó en el cuarto de la lavadora hasta que se hizo de día. Tenía miedo de que ese hombre quisiera hacerle algo malo.

Su doctora, muy sorprendida, le preguntó si se había tomado la medicación. Ella afirmó con la cabeza. Y aseguró una y otra vez que esa persona no era su marido. «¡Es un impostor y quiere suplantar a mi esposo!».

Janet no se calmó, sino que su estado de excitación aumentó. Más incluso cuando vio al supuesto impostor entrar por la puerta y saludar a la doctora como si ya la conociera de antes. Ella fue hospitalizada para mejorar el tratamiento antipsicótico que tenía desde hacía años. 

Con el tiempo empezó a mirar a ese hombre de forma distinta, intentando reconocer a su marido. Le costó tiempo, pero al final asumió que lo era. Aunque cada noche, al meterse entre las sábanas y sentir su cuerpo caliente se preguntaba: ¿Cómo puedes estar seguro de que el que duerme a tu lado no es un impostor?

¿Qué es el síndrome de Capgras?

El síndrome de Capgras es denominado así por el psiquiatra Joseph Capgras, quien investigó y documentó por primera vez en la historia un caso de este tipo. Fue en 1920 en Francia. Una mujer de 53 años estaba convencida de que estaban suplantando la identidad de su marido, sus hijos e incluso algunos de sus empleados domésticos.

A raíz de eso, muchos doctores estudiaron los casos y actualmente se cree que este síndrome denominado a veces como La ilusión de los dobles, tiene una relación muy profunda con la esquizofrenia paranoide y la bipolaridad.

El relato que narramos hoy se basa en el caso de la joven Janet, que con tan solo 24 años y una esquizofrenia diagnosticada creyó que su marido, y posteriormente sus padres, habían sido reemplazados por otras personas. Pero no eran clones, sino unas copias imperfectas. Se trata de una variante del síndrome Capgras, de las 8 que se han llegado a documentar.  

Algunos de los casos, aparecen sin previo diagnóstico de una enfermedad mental, pero sí con algún tipo de accidente cerebrovascular, como el aneurisma o un traumatismo por un accidente de tráfico, entre muchos otros.

Si bien, los mismos psiquiatras a nivel mundial no se ponen de acuerdo en la terminología, pues a veces los casos son demasiado complicados para clasificarlos. Así que es normal que os encontréis con declaraciones imprecisas sobre los hechos.

Está claro que estos casos existen, pero la pregunta que nos hacemos es: si realmente es un impostor de verdad, ¿se lo creerían?

Referencias bibliográficas:

Krulwich, R. (2010, 30 marzo). Seeing Impostors: When Loved Ones Suddenly Aren’t. NPR.org. https://www.npr.org/2010/03/30/124745692/seeing-impostors-when-loved-ones-suddenly-arent

SciELO – Scientific Electronic Library Online. (s. f.). https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext

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