INSTRUCCIONES PARA MANEJAR UN CUCHILLO
RELATO DE AXEL DROJAN
Homenaje a «Instrucciones para subir una escalera» de Julio Cortázar.
El cuchillo es un instrumento preparado para cortar cualquier cosa que se le ponga abajo. Claro, todo eso depende de lo afilado que esté la hoja. Es por ello por lo que es de suma importancia tener el máximo cuidado posible a la hora de manipularlo. Justo detrás de la hoja hay un mango, que puede ser de muchas formas: del mismo color de la hoja, polímero negro, madera… Todo dependerá de la forma, uso y calidad.
A la hora de agarrar el cuchillo, no hace falta que se caliente tal extremidad, ni si quiera hace falta que se haga un precalentamiento de la muñeca. Aunque sí es importante que se ponga encima de la mesa, encimera, suelo… una tabla o plástico. Después, es necesario poner la mano como si se fuera a dar un pellizco: el dedo gordo, más o menos, se debería poner en la segunda falange del dedo índice. Llegado este momento, se coge el cuchillo por el mango con la mano firme. En el caso de no ejercer fuerza con los dedos, el instrumento podría resbalar y caer, pudiendo lesionar alguna parte del cuerpo. También hay que asegurarse de que la hoja afilada está mirando hacia abajo.
Es posible que se corra el riesgo de usar este artilugio de alguna forma no convenida. Aunque está preparado para clavarse, hacer despieces, cortar, etcétera, la mejor forma de usarlo es para cortar carnes, verduras…
El dedo índice debería quedar justo antes del mango, ya que así será mucho más fácil realizar los cortes. De nuevo, agarrando con firmeza, pasamos al momento más importante y peligroso. Cogemos el alimento a trocear y lo posamos encima de la tabla, después debemos dejar la muñeca suelta, sin que la firmeza con la que sostenemos el cuchillo nos impida hacer movimientos suaves hacia adelante y hacia atrás mientras balanceamos ligeramente la muñeca para no desgarrar el alimento. Con la mano izquierda, en caso de que se sea diestro, se sujetará la pieza a cortar con las puntas de los dedos. Si el cuchillo se posase encima de ellos, la uña protegerá un posible corte accidental.
La fuerza usada para cortar dependerá de lo que se desea trocear. Si se ejerce más impulso del debido, se puede acabar teniendo un accidente. Y tener que acudir a urgencias con el cuchillo clavado o con un corte profundo en la mano, una pierna o el brazo izquierdo, no sería nada agradable. De ahí la importancia de regular la intensidad.
También es de gran importancia el hecho de no moverse mientras se sujeta el cuchillo. Un solo movimiento más rápido de la cuenta puede tener consecuencias terribles. Si alrededor hay una persona y el movimiento es indebido mientras se mantiene el cuchillo en la mano, esa persona podría terminar herida. Lo mejor, en estos casos, es dejar el instrumento encima de la tabla o en el fregadero para su lavado, secado y guardado. Hay que tener en cuenta la presencia de niños. Por lo que es deseable que se almacene en un cajón alto.
Si se posee la habilidad de ver duendes voladores, oír voces, o que simplemente la finalidad de usar el cuchillo no es para cortar alimentos, se debe abstener. De lo contrario, la sangre podría convertirse en el inicio para seguir haciendo el mal. Este instrumento no está fabricado para cualquier otro uso que no sea con los víveres. Y si en cualquier caso no le importa tales instrucciones, al menos, vaya a su puerta principal, cierre con llave y, de seguida, tire las llaves por la ventana.