Aguaviento – Realismo mágico gaditano

Aguaviento

Esta vez me gustaría hablar sobre el libro de Miguel Ángel García Argüez, Aguaviento.

Ha sido un libro que me ha encantado desde la primera página hasta la última. Aunque tengo que decir que se hizo corto. Me hubiese encantado seguir leyendo la historia sobre la paupérrima vida de la familia Charo.

El libro comienza con una gota de agua. O más bien: con la formación de una gota de agua, para luego caer sobre un tejado. A simple vista, parece algo normal, pero este autor le da una connotación poética a esa gota de agua y a Cádiz, el lugar donde está ambientada la historia. Siempre es un placer cuando leo algo ambientado en mi tierra.

Aquella gota de agua, caída de una cielo del color de la plata sucia, parece que destroza el techo de la habitación de Lachari, haciendo un boquete lo bastante grande como para que una niña viva en él.

Poco a poco el autor nos presenta a la familia de las Charos. Son tres mujeres, todas llamadas con el mismo nombre, aunque no pronunciados de la misma manera. Ahí empezamos a ver también que las mujeres no son una familia pudiente económicamente. Por lo que Charo, hija de Doña Charito, tiene que trabajar como nunca para poder ganar lo justo para comer. El problema está en que viven en una casa que se está cayendo por momentos. Tienen humedades por todas partes, y hay una grieta llamativa y peligrosa. Aún así, viven como pueden en aquella casa. Las otras, que están en el mismo bloque y que pertenecen al mismo dueño, están deshabitadas.

Todas las viviendas pertenecen a Juan Luis, un jubilado óptico que trata de deshacerse de las inquilinas a toda costa para poder vender el edificio a un jugoso comprador. Pero las mujeres se agarran a aquellas paredes con uñas y dientes, ya que no tienen otro lugar donde ir. Pero Juan Luis, para intentar echarlas, hará todo lo que le dice el comprador, que, por lo visto, tiene contactos con casi medio mundo y tiene las claves para ayudarle; aunque le ayudará a cambio de una rebaja.

Ahora presentaremos a Niñomalo, o como lo llamó por última vez el juez, Juan Daza Olmedo. Aunque mejor conocido como Niñomalo. Por su nombre se tendrá alguna idea de cómo puede ser este chaval recién salido de prisión. Lo único que puedo decir es que se hará amigo de Lachari, hija de Charo. Su relación comenzará en el Dia del barrio, que es donde trabaja la joven.

Me gustaría regresar con la abuela, con Doña Charito. Es una mujer especial, afable con quien quiere, habladora con quien le da la gana, pero amante de los animales, ya que nunca puede dejar de pensar en alimentar a los gatitos que viven cerca del mar. Y encima uno de los gatitos está malito. ¡Ah!, tengo que decir que Doña Charito puede hablar con los animales. En este caso habla con las palomas, que son quienes la ayudarán para resolver el gran problema que tienen. Y como ella es un trozo de pan, también ayuda a Carlo, un vagabundo italiano que nunca pide por vergüenza. Solo coge lo que le dan. Algunas veces le dan algunas frutas pochas, otras veces le dan un bocadillo… Pero nunca pide dinero en la calle. Aunque siempre hay una primera vez. También será el veterinario particular de los animales de Doña Charito.

Pero hay un problema también en las calles. El problema se llama el Gallego. Un vagabundo que utiliza la agresividad para ganar lo que pueda. Todo los vagabundos le tienen miedo, en especial Carlo, que será amenazado de muerte por este. Y todo empieza con un puñetazo que Carlo esquiva con un ágil movimiento de boxeo, ya que fue ex boxeador.

Al mismo tiempo, tenemos a Antonio Corriente, el comprador del edificio que vende Juan Luis. Ya leeréis lo que hace, ya que no os voy a contar mucho más sobre este hombre. No porque no quiera, sino porque no puedo. Lo único que puedo contaros es que se hace amigo de Doña Charo, e incluso le ayudará a alimentar a los gatos.

Charo siempre está trabajando, siempre recibe portazos en la cara de parte de su casero. Hasta que un día habla con Juan Luis y este le dice que la va a ayudar. Mientras tanto, ella ha cogido un trabajo nuevo, otro más. También trabaja en una pequeña papelería. Aunque más adelante, pasará algo muy gordo, porque tiene que intervenir la policía y a ella le coge en la puerta para irse a su casa.

Este libro me ha encantado. No sabía que una gota de agua pueda tener tanta historia. ¡Y qué historia! Espero que te guste, querido lector, tanto como a mí.   

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

 Cookies Drojan En Casa Drojan utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecerte la mejor experiencia en nuestra casa. También nos ayuda a analizar tus preferencias para mostrarte contenido y publicidad que se ajusten a tu perfil de navegación. No tengas miedo... A pesar de nuestras oscuras y terroríficas historias, las cookies no te harán daño. Si quieres, puedes aprender más sobre ellas en el siguiente botón.    Más información
Privacidad