Aquellas palabras, ya lejanas en su memoria, se distorsionaron cuando uno de los enfermos que había a su lado comenzó a gritar y pedir ayuda. Él giró la cabeza hacia la derecha y vio a su compañero tratando de agarrar un botón para llamar a los sanitarios. Pocos segundos después el sonido de un timbre explotó en sus oídos. Los demás enfermos que había en la sala comenzaron a decir que la enfermera de la muerte no tardaría en llegar; a la noche se lo llevarían para que dejase de sufrir.
Pero los que llegaron fueron el médico y una enfermera. El hombre pensó que los demás estaban locos.
Al día siguiente, con el frío calándole los huesos, recordó cuando a mitad de la noche unos pasos lo despertaron. Unos pasos que no se parecían a los de los sanitarios, sino a algo que casi no tocaba el suelo. Abrió los ojos y miró en derredor. A la derecha, junto al enfermo que empeoró el día anterior, se encontró a una mujer vestida de blanco con una capa de negra, mirando al enfermo. Y enseguida se percató de que en la mano derecha portaba una jeringuilla, la aguja miraba el techo. Segundos después, esta le clavó la aguja y le inyectó el contenido.
No sabía qué hora de la mañana era, pero supuso que temprano. A esa hora, aquel hombre ya no estaba a su lado. Lo que había era una cama a la espera del siguiente cuerpo. En ese momento pensó: «El siguiente es uno de nosotros».
Escuchó gritos de los enfermos por todo el hospital «¡¡No quiero morir!! ¡¡No quiero morir aquí!!». La muerte caló en sus huesos y sintió frío. Tampoco él quería estar allí. Se quedó solo en la habitación a la espera de otro acompañante, pero notaba revuelo en el ambiente. Miró hacia la ventana que estaba entreabierta e intentó relajarse y no hacer caso de aquel ambiente denso que se había formado. Estaba en la planta cinco y podía ver gran parte del bosque que les rodeaba. De repente, algo cayó al vacío y milésimas de segundos más tarde sintió un golpe muy fuerte. Todo el mundo pronunciaba la novena planta.

Estamos hablando del Hospital del Tórax, situado en Tarrasa, Barcelona. Allí sucedieron multitud de hechos siniestros y paranormales antes de que se quedase abandonado. Un lugar que contaba con ser el hospital con la tasa de suicidios más alta de España. Se decía que algunas personas subían a la novena planta y se tiraban al jardín. A aquel espacio verde lo denominaron La jungla.
Los pacientes que ingresaban por poco tiempo, podían ver cómo la histeria colectiva acababa con el raciocinio poco a poco. Y como muchos de ellos sabían que iban a morir, se quitaban la vida para no sufrir. No obstante, el hospital sanó a muchas personas durante aquellos años. El hospital se fundó en 1952 desde entonces se ha hablado de muertes sospechosas y experimentos con humanos.
***
También se cuenta que, allí dentro, cuando lo cerraron en 1982 quedando abandonado, ocurrieron y aún ocurren muchos fenómenos paranormales. Se dice que se puede escuchar a personas que una vez estuvieron allí pedir permiso para suicidarse o llamando a otras personas. Lo curioso es que todas las voces pertenecen a personas de mediana edad, que era el rango de edad con más ingresos; muchos de esos morían a causa de la epidemia de tuberculosis.
Junto al hospital abandonado ya había un centro psiquiátrico, y una vez llamaron a la policía porque vieron a una mujer paseándose por los pasillos del hospital. La policía dijo que aquello era imposible: allí no había nada ni nadie. Puede que fuera la leyenda de la enfermera de la muerte. Entre los enfermos corría el rumor de que todo aquel que tocaba el timbre para pedir ayuda a los sanitarios acababa muriendo sin remedio, porque por la noche una mujer se acercaba a su cama y le envenenaba para acabar con su sufrimiento. Pero, claro, después de convertirse en hospital abandonado fue un terreno perfecto para historias de misterio.
En dos mil tres, la Guardia Civil detuvo a un joven que había cogido un feto metido en formol. También había restos de pulmones conservados y más fetos. Eso hace que nos preguntemos una cosa: ¿se hacían experimentos con los pacientes?
Hay quien dice que así era, pero la cuestión es que es muy difícil saberlo con exactitud. ¿Tú, qué opinas? ¿Conocías esta leyenda?
Actualmente es un edificio dedicado a la televisión y al cine, donde se han rodado, por ejemplo, partes de Un monstruo viene a verme; Ouija, y muchas películas más de terror. No obstante, los actores cuentan que cuando tienen que ir a rodar algo, sienten como si alguien los observara desde las tinieblas.

***
Referencias bibliográficas:
Programa Cuarto Milenio: El Hospital del Terror. https://www.mitele.es/programas-tv/cuarto-milenio/temporada-2/programa-54-40_1006364575538/player/
Redacción, R. (2003, 28 mayo). Hombre robó feto y no sabía qué hacer con él. El Universo. https://www.eluniverso.com/2003/05/28/0001/257/0AE13AEE741241DFB441BD2241868EA1.html
QuitianBarcelona, S. (2018, 26 noviembre). El misterioso hospital de Terrassa que hoy brilla como plató de OT. La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/cultura/20181124/453084113839/misterioso-hospital-terrassa-plato-ot-pasado-presente.html
Colaboradores de Wikipedia. (2021, 4 marzo). Hospital del Tórax (Tarrasa). Wikipedia, la enciclopedia libre.