Desde luego que Dicker tiene una maestría increíble para escribir. No solo utiliza a muchos personajes caracterizados a la perfección, también juega con el lector, divide la historia en esa pequeña subtrama como homenaje y todo ello con movimientos hacia delante y hacia detrás en la historia. Hilvana los detalles de todo el libro como si estuviera esculpiendo una enorme piedra, para dejarte un pequeño regalo donde ha tenido en cuenta hasta el más mínimo detalle.
No sé cómo serán el resto de sus historias, pero creo que como mínimo leeremos dos más, porque Joël Dicker no es solo un escritor con éxito, es un gran profesional de la escritura. La apariencia casi siempre nos engaña.
El enigma de la habitación 622 es una maravillosa novela que os recomiendo encarecidamente. Y, con más razón, si no habéis leído aún nada de su autor.
Por cierto, antes de irme y poner punto y final a la reseña, querría decir una cosa: para mí Lev es un personaje muy especial, creo que el más especial de toda la novela. Ha hecho un trabajo fascinante, porque estoy completamente enamorada de la construcción de una personalidad tan real y a la vez tan distinta…
No tengo más palabras para describir la historia. Cuando algo lo sientes de verdad, te quedas sin palabras y no sabes ni qué decir.