Aunque se catalogue como literatura juvenil, ninguna etiqueta de género debe ser la causa por la que dejemos de leer un libro y escojamos otro. Los espejos venecianos, de Joan Manuel Gisbert, es una novela que leí hace más de diez años y me encantó. Hace unos días volví a leerla para recordar, y confieso que me sigue encantando.
Ambientada en la Italia del siglo XVIII, cuenta la historia de un estudiante napolitano, Giovanni Conti, que recorre el país hasta Padua para asistir a un curso de documentación histórica. Este mismo joven recorrerá el famoso palazzo abandonado de la familia Balzani para descubrir el secreto que está detrás de la desaparición de la última mujer viva de la familia. Una familia muy conocida en Padua por sus polémicos negocios y por la leyenda de un hechizo. Tras el cual, esta cayó en desgracia, muriendo todos los integrantes, menos una. Beatrice Balzani. La desaparecida.
A pesar de que el escritor incide mucho en la historia de esta familia y sus misterios históricos, aún presentes en la ciudad, no es una historia real. O, por lo menos, yo no he podido encontrar algo que indique lo contrario. Sin embargo, es posible, aunque no seguro, que el autor se fijara en el histórico personaje Reginaldo degli Scrovegni. Conocido por ser un banquero mezquino. El mismo Dante, en la Divina Comedia, lo sitúa en el infierno por usurero. Su hijo Enrico Scrovegni, tras la muerte de su padre, intentará expiar sus pecados construyendo una capilla (que puede visitarse en la actualidad en Padua) al lado del palacio familiar. Dicho palacio ya no existe.
Si es o no cierto, ya no lo sé. La historia encaja en los personajes de los Balzani, pero aunque quise investigar más sobre la familia Scrovegni hay muy poca información sobre ella. Sin embargo, se habla mucho sobre la decoración pictórica de la capilla encargada al famoso pintor Giotto en el siglo XIV.
Es un relato o novela corta muy amena, pues ni siquiera alcanza las 130 páginas. Es ideal para quitar el gusanillo de un libro de misterio, con una buena ambientación de la época, en una tarde de invierno.